A ver ese detalle constructivo

• Es un día cualquiera, estás en el puesto de mando acompañado de encargados y capataces y te llega un juego de planos.
• Es una modificación, algo que faltaba en los originales, o es la siguiente fase que tienes que ejecutar.
• Los abres para ojearlos y veis algunas “cosas raras”. Entonces ocurren dos cosas:
• En primer lugar y como regla general, se acogen con recelo. Comienzan las miradas de resignación
• -a ver lo que han inventado aquí…

• Una vez superada la primera impresión, y comprendiendo que la creatividad no es necesariamente algo malo, se pasa a la segunda fase. Su estudio desde dos puntos de vista:

a) Punto de vista Funcional:

Ocurre algunas veces que propuestas muy respetables en el aspecto estético, ocasionan problemas o al menos inconvenientes, respecto a alguna función básica que se le presupone.

No me refiero a cosas como los puentes térmicos y otras cosas invisibles en obra (lo siento, pero es así) sino por ejemplo, a la impermeabilización (la antigua tradición de mantener el agua en el lado correcto de la casa: el exterior)

Si, ya sabemos que hay soluciones para casi todo, pero en obra, el gusto por las soluciones simples y probadas tiene una base empírica, y está grabado a fuego en cada uno de los que allí están que todo tiene que hacerse a prueba de defectos fortuitos o incluso de descuidos menores, y que hay que contar con las holguras inevitables.

Las cosas no encajan siguiendo una arista perfecta, si tal cosa existe. Así que, siguiendo con el ejemplo, más vale:

1. Mantener el agua lejos
2. Si no es posible, que corra hacia fuera
3. Si tampoco es posible, al menos que seque rápido

Son reglas simples pero efectivas, que nos han permitido llegar hasta aquí como civilización disfrutando de una razonable comodidad, y que además, tienen la virtud de servir como guía para tomar decisiones y hacer encuentros que funcionan sin tener que preguntar mucho

b) Punto de vista Constructivo:

Otra de las reglas inmutables que rigen la vida en la obra. Por extraño que parezca, todo lo que se construye tiene que cumplir con los siguientes requisitos:

1 - NO CAERSE

Se ven con cierta frecuencia detalles que generan serias dudas sobre la estabilidad del elemento representado. Si es posible, también hay que evitar que las cosas se fisuren de forma escandalosa a las primeras de cambio (esto siempre ocurre cuando ya lo has dado todo por terminado y está presente el propietario).

Por favor, recordemos que pretendemos hacer edificios que permanezcan con todas las cosas en su sitio durante mucho tiempo y con unos mínimos de dignidad.

No hace falta que se caiga al suelo un revestimiento de piedra o un trozo de falso techo (no lo permita Dios) para quedar como un incompetente.

-Por desgracia, en esos momentos no vale el “si ya decía yo que eso no aguantaba”-

2 - QUE SEA POSIBLE CONSTRUIRLOS EN EL UNIVERSO CONOCIDO

A la vista de un detalle constructivo, debemos hacernos una idea inmediata de los pasos que hay que dar para llevarlo a la realidad, y es muy recomendable que en el camino no se contradigan las leyes del espacio-tiempo.

Para consternación general, más de una vez en obra se han visto dibujos de ladrillos milagrosamente adheridos a superficies inaccesibles, rellenos de mortero en huecos recónditos que nadie alcanza a imaginar cómo llegaron allí, perfiles apoyados en el aire o colgados de improbables soportes… todo un ejercicio de imaginación más digno de un cuadro de M. C. Escher que de la famosa máxima que debería figurar en la entrada de todos los estudios de arquitectura:

“El proyecto se redactará para que defina con precisión el objeto de la obra, y pueda ser revisado, dirigido o ejecutado por otra persona distinta al redactor del mismo”

Sólo teniendo en cuenta estas simples reglas podemos hacer mucho por nuestro sector y por la salud mental de los esforzados habitantes de las trincheras. Si lees esto y de alguna forma depende de ti mejorar este punto, no lo dudes. Y recuerda que preguntar a los que tienen que ejecutar sobre el terreno siempre es buena idea.

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