lo que ellos no ven

La gente pasa por delante de un edificio que la semana pasada estaba en estructura y han comenzado a hacer los cerramientos.

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April 22, 2024
lo que ellos no ven

Me gusta el cine, pero no me habría gustado estudiar cinematografía

Sin embargo, me gusta la gastronomía (vamos, que me gusta comer bien) y sí que me interesa cocinar, y aprender más sobre ello.

¿Y esto por qué?

En el caso del cine, por no romper el misterio y disfrutar más de las películas.

Por supuesto, me da curiosidad saber cómo hicieron esta o aquella, pero creo que saber mucho de la técnica que hay detrás, de los encuadres, la iluminación o los guiones, le restaría magia.

No digo que no las disfruten los expertos, sólo que no deben de mantener la suficiente distancia para ver el resultado; ven más allá, lo que hay detrás.

Sin embargo con la cocina pasa justo lo contrario. Para apreciarla de verdad tienes que conocer cómo se hacen las cosas, cuáles son las dificultades y por eso mismo, sabes cuando algo está bien hecho.

Igualito que pasa con las obras.

Lo que ve la gente de la calle

La gente pasa por delante de un edificio que la semana pasada estaba en estructura y han comenzado a hacer los cerramientos. Automáticamente dicen: “¡esto va muy rápido!”

Alguno pensará que en un par de meses estará listo…

¿Quién puede culparlos? Se guían por lo que ven.

No ven si los emparchados son insuficientes ni que la fábrica esté mejor o peor colocada, ni si la seguridad colocada en las plantas superiores es aceptable.

Es normal, no conocen lo que hay detrás de la fachada, nunca mejor dicho.

Lo que ven es una cosa más bien fea, que ya tendrá buen aspecto cuando se termine.

Cuando alguno de nosotros pasa por allí, ve la dificultad que ha tenido aquel encofrado o lo bien resuelto que ha quedado un encuentro difícil de ejecutar. Los fallos también los vemos, claro.

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Para nosotros, la belleza está en el proceso. En hacer que todo fluya, que las cosas funcionen y que los problemas no nos paralicen.

Observamos nuestra obra al llegar cada mañana y analizamos su evolución. Vamos de cero a 100 lo más rápido que podemos, y cuando aquello tiene buen aspecto para el ciudadano medio es cuando nos vamos, para empezar de nuevo en otra parte.

Muchas veces no vemos el resultado final: las casas u oficinas amuebladas y habitadas o los colegios llenos de niños.

Pero a esto es a lo que nos dedicamos.