lo que ellos no ven
La gente pasa por delante de un edificio que la semana pasada estaba en estructura y han comenzado a hacer los cerramientos.
Siempre he dicho que antes de actuar conviene pararse a pensar, que tus acciones tienen que estar dirigidas por un objetivo.
Siempre he dicho que antes de actuar conviene pararse a pensar,
que tus acciones tienen que estar dirigidas por un objetivo.
Así es como veo mi trabajo cuando lo hago para otros y también el proyecto OpenObra, en el que me acompaña mi socio Javier.
Sin embargo, como con todo en la vida, en esto hay matices, es una cuestión de grados.
Hay dos tipos de personas:
Las que hacen y las que piensan.
Yo creo que cada uno de nosotros se inclina más hacia uno de los dos lados y que si estás en uno de los extremos, ese no es el lugar donde debes permanecer.
Pensar, pensar, pensar...
Si solo piensas, reflexionas sobre lo que ves, haces planes según lo que has aprendido y observado en otros, no llegarás a ningún sitio. Aunque seas el más listo. Por tres razones:
Hacer, hacer, hacer...
Si eres de hacer y te lanzas a ejecutar porque es lo que te pide el cuerpo, corres el peligro de creer que lo importante es estar ocupado, pero si no observas y reflexionas, te resultará difícil avanzar en la dirección que más te conviene, porque puede que no sepas cual es.
¿Por qué hay tres inconvenientes en el primer caso y sólo dos en el segundo?
Seguro que lo has adivinado: puestos a elegir los extremos, es mejor el extremo de hacer, porque probando te equivocas y te equivocas hasta que un día vas y aciertas.
Pero sale caro. En tiempo, en dinero, en motivación, etc
Hablando de los dos casos extremos, en uno la “parálisis por análisis” y en el otro el "pollo sin cabeza", no sé si hay muchos grados entre ellos.
Sospecho que no, por eso creo que la clave está en comprender una cosa:
Una vez que nos identificamos instalados en uno de los dos lados, hay que empeñarse en moverse en la dirección contraria hasta equilibrar lo suficiente las dos tendencias.
No te conformes
También te digo que no vale decir: es que yo soy así
Yo pertenezco claramente al lado de los que piensan, pero he tenido tiempo de darme cuenta y me he puesto en marcha. Muchas veces es como andar al revés por la cinta del aeropuerto: no dejes de moverte o irás hacia atrás.
Muévete, aprende, fórmate, practica, habla con otros que ya están en ello. Haz lo que necesites hacer.
Colabora
A pesar de todo tengo una buena noticia: no es necesario que lleguemos nosotros solos al equilibrio perfecto, podemos colaborar con personas que complementen nuestras habilidades.
Mi socio es un raro ejemplo de persona con capacidad analítica y facilidad para poner cosas en marcha. Lo siento, ya está pillado. Búscate otro
De todas formas, en general, cuando se forman equipos hay que equilibrar estas tendencias. Si lo consigues llegarás lejos.