Hay un tío en la obra con un cuchillo

Es viernes por la mañana. Hoy en la obra, el ambiente es algo más festivo y no es sólo por ser viernes.Hay algo más.

Hay un tío en la obra con un cuchillo

Es viernes por la mañana. Hoy en la obra, el ambiente es algo más festivo y no es sólo por ser viernes.

Hay algo más. Podría pasar desapercibido para alguien ajeno, pero esta mañana se ha visto a los obreros un poco mejor vestidos antes de ponerse la ropa de trabajo.

Van pasando las horas y el buen humor se percibe más claramente

- ¡Manolo! ¿Qué hora es?

- ¿Falta mucho?

- ¿Han venido ya?

Sobre las 12  llega una furgoneta que no es de ninguna subcontrata, pero aparca delante de la obra. Saben que van a ser bien recibidos.

Después de hablar con el encargado para ver dónde se colocan, empiezan a descargar. Hay un espacio despejado y adecentado para la ocasión, los peones ya han limpiado y ordenado la zona esta mañana con más empeño que si fueran a pasar por allí diez Coordinadores de Seguridad

No es raro que el hecho de ver los cuchillos, las tablas de cortar, la parrilla de la barbacoa y las cajas de comida tenga un efecto inmediato:

A partir de ese momento el rendimiento en los tajos cae en picado

No faltan los voluntarios para ayudar a colocar las mesas

Nadie pide al gruista más mortero ni ladrillos, de pronto no hace falta mover paquetes de puntales, ni tableros, ni nada.

Paco, ve acabando eso, a ver si nos pilla el toro, hombre…

¡Niño! ve recogiendo las herramientas

Más vale rendirse a la evidencia.

Que se cambien ya. Total, hoy es un día especial

¡Es el día de la puesta de bandera!

Doy por hecho que si lees esta newsletter sabes de qué estoy hablando. Es más, asumo que te has preguntado cuándo fue la última vez que asististe a una.

A todo el mundo le gustan, y no es sólo por la barbacoa y las cervecitas (que también)

Lo hemos conseguido

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Si vamos al significado que le da la tradición, es una forma de agradecer que hemos terminado la estructura sin sufrir ninguna baja.

Lo más peligroso está hecho y estamos todos aquí, hemos cumplido. No se me ocurre mejor motivo para celebrar, la verdad.

Contaba estos días en LinkedIn el compañero Luis Rodríguez, que tiene una empresa constructora en Estepona, que él las hace siempre y recuerda que su padre siempre decía que daba mala suerte no hacer las puestas de bandera. Puede que este señor tuviera razón o no, pero no está de más ser agradecido.

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Y esto nos lleva al otro motivo, el agradecimiento al equipo. Dejar de lado la actividad diaria e invitarlos a comer es un detalle con ellos.

Pero no hay nada como el efecto que tiene un rato de charla conociendo un poco mejor a la persona que hay detrás de cada oficial o peón, encargado, capataz, jefe de producción o de obra dejando de lado el puesto de trabajo de cada uno.

No es la comida de empresa de Navidad, es mejor

  • He asistido a algunas puestas de bandera en las que había cava, música y canapés
  • He estado en otras en las que se ha cocinado en la parrilla que habían hecho esa mañana los ferrallas con redondos del 12
  • He comido en mesas improvisadas en un rato por los encofradores, o que eran paquetes de planchas de poliestireno sin abrir

¿Las mejores? las más auténticas, sin duda. A cada cosa lo suyo, y esta es una celebración de la gente de obra, no es la comida de empresa anual. Curiosamente recuerdo más aquellas en las que los trabajadores han participado y te enteras de que un albañil es un experto dándole el punto a la carne o haciendo un arroz, o un alicatador va al coche por una guitarra y es capaz de hacer cantar a grito pelado hasta a los más callados.

Nota: en los andamios de este país hay un talento sorprendente por metro cuadrado en lo que se refiere al cante.

Todo esto no puede compararse con un cocktail en una terraza, degustando platos gourmet. Ni falta que hace, son cosas distintas.

Tal vez si la celebración tuviera lugar con el edificio terminado valdría. Pero no sería lo mismo

El hecho de que sea en la propia obra es lo que le da carácter, lo que hace de esta ceremonia algo especial porque está hecha para la gente que participa en ella.

El edificio es todavía una promesa, pero ya tenemos la base.

Sería una mala idea hacerlo al final, cuando ya se ha convertido en un producto acabado, listo para usar por esos seres ajenos a la obra: los clientes

Mientras es un lugar inhóspito, con plantas abiertas, palets de ladrillo, tuberías apiladas y tubos corrugados, es nuestro entorno. En este lugar tiene sentido una celebración que es un símbolo, y muchas veces los símbolos son importantes

El poder de los símbolos

Como otras muchas cosas, colocar la bandera es un símbolo

Una batalla ganada

Una victoria

Es dar un paso más, tomar aliento y saber que estás en el camino correcto

Compartir una comida con tus hermanos de armas

El lunes ese lugar vuelve a ser el escenario de las prisas, el ruido y el fragor de la batalla. Todo para acabar y volver a empezar en otro sitio

Ese es nuestro trabajo