lo que ellos no ven
La gente pasa por delante de un edificio que la semana pasada estaba en estructura y han comenzado a hacer los cerramientos.
Rodeados de barro, con el ruido de fondo del chirrido de las cadenas de una excavadora, es una guerra.
Rodeados de barro, con el ruido de fondo del chirrido de las cadenas de una excavadora. Con los cascos, las botas y cada uno en su puesto, armado con las herramientas propias de su oficio. Organización jerárquica y disciplina. Es una obra, no la guerra. Construimos en vez de destruir, pero es duro. Posiblemente por eso crea un vínculo tan fuerte.
Hace años tuve un jefe de grupo que, cuando le contaba muy orgulloso de mí mismo lo que tenía previsto hacer en los próximos días, solía preguntarme: ¿Y cuál es el plan B?
Entonces yo tenía poca experiencia sobre el terreno y con frecuencia me confiaba cuando tenía organizado un trabajo importante, sin analizar los puntos críticos que podían poner en peligro muchos días de preparación y echar a perder la producción.
Cuando trabajas en una constructora aprendes pronto que los resultados lo son todo: producción, producción, producción.
Sin eso no hay nada. Al final de mes certificas según lo previsto o más. Mas vale que haya una muy buena justificación para que esto no sea así.
Sin buena producción no hay buena certificación. Y de ahí sale el dinero, amigo mío.
Esta máxima, que está escrita a fuego en el cerebro de todos los jefes de obra, es la que los hace personas prácticas, con el foco en los resultados. Sin tonterías.
(También los hace personas estresadas, con tendencia a ser impacientes, además de otros efectos secundarios, pero de eso hablaremos otro día)
A lo mejor estás pensando que hay otras cosas importantes, como la calidad
La calidad se presupone, aunque haya grados.
-Y el tiempo ¿no?
¿Tú que crees? ¿hay alguien en la sala que no tenga claro que el tiempo es dinero?
-¡La seguridad! ¿o vas a decir que eso no es importante?
Lo es. Para todo. También para conducir, cortar el jamón o hacer senderismo. A más peligro, más tienes que tenerla en cuenta. Pero siento decirte que no es el negocio de una constructora.
Bueno, vamos al tema que me desvío:
La vida misma, vamos
No es una receta para el éxito (que más quisiera), pero ayuda.
"Ningún plan, por bueno que sea, resiste el primer contacto con el enemigo"
Esta frase, que al parecer pertenece al mariscal de campo Helmuth Karl Bernhard von Moltke y se ha atribuido alguna vez al general Patton, es tan certera que inmediatamente la comprenden aquellos que se han visto en la situación de poner en marcha un plan. Calles cortadas, máquinas que se estropean, lluvia o viento, vecinos que se quejan, cálculos de rendimiento equivocados... podemos estar hasta mañana diciendo cosas.
Y es que la realidad se empeña en darnos una patada en el culo cuando creemos que todo está previsto.
Lo importante es que asimilemos el concepto y lo apliquemos preguntándonos con frecuencia: ¿Cuál es el plan B?